miércoles, 28 de mayo de 2008

A ella no le importa.

Kelsey abrió los ojos lentamente.
La luz, verde brillante, la aturdió un poco; o tal vez no. Tal vez ya estaba aturdida, gracias a nuestra amiga Dioxicitrina; eso era lo último que recordaba. El olor dulzón de la Dioxicitrina y el sabor más dulzón todavía de la Omentopinicina.
Chico llamaba a esa mezcla “El Eraser casero”, él solía hacer eso, ponerle nombre a cosas que no lo necesitaban, o cambiárselo a otras que sí lo hacían.
Bien. El Eraser no había tenido efecto, si lo que pretendía era olvidarse de Chico, porque estaba claro que le recordaba.
Pero entonces..
¿Qué era lo que quería olvidar?
Eso era lo malo del Eraser, a veces pretendes olvidarte de algo, pero no lo haces, y tampoco recuerdas si precisamente era eso lo que querías borrar (atención al juego de palabras, licencias literarias que se le llama).

Decidió no darle más importancia al asunto, y levantarse de la cama.
Un suave mareo la meció.
Observó en derredor, todo estaba como siempre, pero parecía distinto. Como si la habitación le anticipase que iba a pasar algo, o tal vez, que ya había pasado algo; y tal vez de nuevo, quizás era ese algo pasado lo que quería olvidar; si era así, desde luego lo había conseguido.
Otro mareo, boca pastosa. Anticipo de vómito.
Corrió al baño.
Odiaba vomitar, pero le gustaba hacerlo con ciertas cosas, la Omentopinicina por ejemplo, teñía todo de violeta.

Cuando se repuso, vio que ese baño era nuevo. Tal vez lo que no quería recordar le había pasado en el baño, por eso el cambio.
-¡Mierda!- pensó- Siempre hago lo mismo. Quiero olvidar. Hola Dioxicitrina 3 comprimidos, hola Omentopinicina 4 gotas ¿quiere usted unirse a la fiesta? Borrado semiselectivo, vómito, y después, después; estúpida yo, yo, estúpida, quiero recordar eso que quise olvidar, maldita curiosidad, alguien debería inventar unas pastillas contra ella, ¡si hay pastillas para todo! o quizás ya estén inventadas, pero son demasiado caras para que yo pueda permitírmelas.

Fue a la pantalla de órdenes del baño, y la encendió. Le pidió que le dijese cuando se había limpiado/cambiado el baño por última vez. Aster contestó que hacía 2 horas.
Y ahora, ¿qué quería?
¿Recordar eso que olvidó? o ¿Olvidar eso que borró?

lunes, 19 de mayo de 2008

No ha falta posar cap títol.

Te huelo si te acercas
nos huelo si te acercas.
Me huelo antes de tocarme
si me rozas los latidos,
las verdades sinuosas.

Si relames mis sentidos
despacio de tus manos
apretando si termino,
y me huelo revolverme
aliñada a ojos de deseos
de tus labios
y tus ojos,
de tu lengua que me aturde.

Tú pretendes no morderme,
acariciarme los lamentos
si no sangro más gemidos;
y arrancas cada beso
sin importar si nos cortamos,
si ahogamos los sentidos.

Buscando mi apnea
el súmmum de mis latidos
empujando las palabras
y cosas que callamos,
que decirlas es pecado.

Y todo queda en un suspiro
en ojos cerrados de caricias,
en es mejor cerrar la boca
y no morderse si me azoro.

jueves, 15 de mayo de 2008

Cachos de algo.

(nota: leer muy rápido, se entendería mejor si lo leyese andrea, pero aún no sé como poner archivos de audio en la cosa esta, ya aprenderé ya)

¿Y quien es Andrea?
Andrea no es ni lo que ella piensa, ni lo que tu crees; Andrea no es. O sí. O no.
Eso solo lo sabe Dios, si es que existe. Si es que Dios no es Solaris. Y tendría hasta gracia si lo fuera. Y hablaríamos de cuando Dios murió, y también de cuando nació, de su adolescencia, de su pubertad, de su madurez, de infinitas cosas. Hablaríamos de tanto. Y yo quiero hablar contigo de tanto, de todo y de nada.
Quiero hablar hasta que mis glándulas salivares me digan “ya andrea, está bien ya, estamos cansadas de segregarte agua, iones cloruro, bicarbonato, fosfato, moco, lisozima, enzimas, estaterina, inmunoglobulinas, transferrina, lactoferrina y más cosas que tu no entiendes y que forman tu saliva; estamos hartas ya, así que, calla, cállate; cállate porque estamos hartas y si no te callas vamos a parar de segregar todo eso, y ya verás tú la gracia que te hace” ¿y qué? no pienso callarme, hasta que tu no me digas “andrea calla” si tu lo haces sí, andrea chitón, shut up, silence, silencio, prou, no mes, me callo, y no digo nada más hasta que tu no quieras. Porque también quiero callar contigo, callar y decir todo con los ojos, con las manos, con mis labios, pero sin palabras. Quiero dormir contigo, y olerte, y morderte; quiero escuchar todo lo que piensas, lo que sientes, lo que quieres, lo que te gusta, y todo lo que no; quiero saber que sueñas; quiero despertarme y verte a mi lado; quiero escuchar el silencio contigo, y besarte a oscuras, y ver como duermes; quiero abrazarte infinito, y que me acaricies a susurros, y me lamas cada milímetro; quiero morderte el alma, y relamerte cada mirada; quiero ser tuya, y que me escupas y me pegues, que me tortures, que me muerdas y me obligues, que me ates y me azotes, que me digas que no y me maltrates; quiero ser tuya y que me ames, me beses y me abraces, me acaricies y susurres; y quiero morderte y besarte, quiero ser todo lo que tu quieras que sea, y un poco más.
Quiero tanto.. Tantas cosas contigo, cosas infinito, tiempo infinito; para nosotros, que somos finitos; pero a tu lado, a tu lado todo es infinito, todo puede ser lo que yo quiera, todo es factible si quieres que lo sea.
A tu lado, soy finitamente infinita. Y me gusta, y quiero; pero a tu lado; porque de nada valdría serlo si no estás tú.

In conclusion: Eu Quero Ser Finitamente Infinita Contigo, E So Con-ti-go.

Punto. e. final.

martes, 13 de mayo de 2008

Paiasa.



Tórceseme o sorriso
e xa non sei nin que pensar (te)
que dicir (che);
ou como facer
pra non parecermos dous estraños.
Pero de súpeto é o que somos
e me culpo a cristais escachados.

Tampouco saen as palabras
ou un xesto,
que xa nom importa a ninguén.
Nin as bágoas
que levan os nosos nomes
e o seu;
que devecen por liberarse
por mitigar un pouco todo isto,
se atreven a asomar
nin a susurrar un estamos eiquí.

sábado, 10 de mayo de 2008

Carcamusa.

III.

Ponte falda le decía Chico, ponte falda. Y se le ponían esos ojos que tanto le gustaban, ponte falda le decía, póntela, me gustas con falda, estás buenísima con falda, esa de colegiala sí, esa con la que pareces una niñita, y ponte gafas, ¡póntelas! y mírame por encima, mírame por encima mientras te muerdes los labios, mírame por encima mientras te los muerdes sí, muérdetelos, como lo haces siempre, y mírame, mírame como miras a los demás, mírame como me miras a mí, mírame mírame mírame, mírame como sólo tú sabes mirar, muérdete los labios como sólo tu sabes morderlos, sé una niñita, ponte esas bragas negras, con raso rojo, póntelas, póntelas con el sujetador a juego, y métete en mi cama; métete a esperarme, y que cuando entre tú estés ahí, con tu sujetador, y tus bragas, y esos ojos, y esos labios, esos ojos que me miran como sólo puedes mirar tú, esos labios que se desean como sólo tu sabes hacer desear, y rasúrate, rasúrate el pubis para mí, rasúratelo, y di que es para mí, porque me gusta, como tú, como tus bragas, como tus labios, como tus ojos, como tu sujetador, como tu cuerpo, como tu pelo, como tu lengua que me derrite, y bájame los pantalones, disimulada, como si sólo lo hicieses para ver que hay debajo, curiosa, y después lámeme, lame mi ombligo, y baja, y haz, haz todo lo que quieras, sólo como tú sabes, como tu sabes, y muerde y lame y juega, como sólo sabes tu, como nadie me hará nunca, como sólo tu sabes, hazlo, hazlo mientras me muerdes la espalda, hazlo, métete en mi cama desnuda, llama a la puerta con sólo un abrigo encima, y déjame, déjame que te haga lo que yo quiera, déjame. Todo eso le decía; y ella se dejaba, se ponía esa falda que tanto le gustaba, le miraba como tanto le gustaba, le mordía como tanto le gustaba, le lamía como tanto le gustaba, le chupaba como tanto le gustaba, y gemía, gemía como a él le gustaba, porque sentía que se le iba la vida, sentía que todo iba a terminar allí, mientras él le hacía el amor, sentía que el mundo iba a terminarse, y gritaba, gritaba y gemía y soplaba y sollozaba y mordía, y el mundo se terminaba, se terminaba, se terminaba porque él la lamía, porque él le decía que era suya, porque quería ser suya, y quería que no terminase, que el mundo terminase, pero que no terminase, gemía, y el también gemía, se mordían, y el mundo iba a terminarse, siempre iba a terminarse, ella moría una y otra vez, él la miraba, siempre la miraba, y no le importaba él, le importaba ella, le importaba, y lo sabía, le importaba, por eso la dejaba morirse, por eso la hacía morirse, por eso sí, se morían, se, apretaba apretaban, hasta que de repente los dos morían, siempre juntos, siempre, siempre juntos juntos, siempre. Entonces la abrazaba, nadie la abrazaba, nadie, nadie después nadie, nadie después y nadie nunca, nadie antes, nadie después, nadie la abrazaba, nadie la abrazaba después de usarla, y ella se dejaba, se dejaba y lloraba, lloraba porque no quería irse, lloraba porque quería quedarse así, lloraba porque estaba desnuda por fuera, desnuda por dentro, lloraba porque él podía desnudarla como y cuando quisiera, lloraba porque él hacía lo que quería con ella, lloraba, lloraba y él la abrazaba, y le decía que la quería, que no se irían nunca, que no, que no, pero ella lloraba, lloraba porque sabía que se irían, sabía que eso eran como castillos de naipes, sabía que se mentían, que los dos se mentían, pero que lo querían de verdad, entonces lloraba más, y él la abrazaba, y lloraba, lloraban.
Llora. Ahora.

martes, 6 de mayo de 2008

Calle Joaquín Yáñez nº 13.

Calles sudadas
mezclan pensamientos más sudados todavía
pensamientos masturbados,
apretados encharcados
de ojos que nos miran;
a ti te da igual
y yo estoy tan lejos que ya no sé ni como me llamo,
entonces..
¿qué va a importarme que nos miren?

Pasos apurados
avecinan empujones a un maletero
a un portal apagado,
a un suelo de una calle
de piedra dura y fría.

Empujones y apretones
a carnes,
y a faldas con medias agrietadas.
Como tú, que me agrietas cada gemido
relamiendo entre mis rotos
mordiendo mis adentros,
con mordiscos que son te quiero
y se materializan en palabras,
más tarde en un susurro
en un portal desaliñado
¿y ahora que voy a contestarte?
¿y ahora que va a contestarme?
un te quiero que no es por sexo
que no es por la graduación que hay en mi sangre
que es limpio y contradice lo que hacemos
y que no va a desgastarse.

lunes, 5 de mayo de 2008

Watermelon love.

Hoy no importa lo que él vomite,
no voy a dejar salpicarme;
si escupe regurgitaciones de te quieros,
que se ajan nada más tocarme.

Hoy no importa la zozobra
no podrá acercarse;
porque ayer estuve colorada
y la sangre no quería dejar mis mejillas
hasta que tú no las mordieses.

Colorada acalorada a lametones de conciencia
de que más da si no fue ayer y fue un día antes,
de que hoy parece una eternidad,
de todo es estúpido e irracional,
pero no importa ser así
si lo eres sin sentido
y nos gusta relamernos.

Consintiendo a las palabras que se escapen
verborrea;
consintiendo puntos y comas
que hostigan lo ecuánime
que dan patadas a lo lógico
como tú sonriendo a pesadillas
a lo malo que quiere comérsete.

Hostigas mi razón,
arrancando besos con lengua de tenis encharcados,
de pelo mojado alborotado
de sonrisas inmaduras inocentes
que no saben ser de otra manera;
de ojos cansados de tanta imagen
que a veces miran implorando que los cierres
de labios con sabor a papaya
que se resecan si no los muerdes
y de más cosas,
que se escupen más profundo.

¿Y ahora que haremos para callarme?

domingo, 4 de mayo de 2008

(¿)Inauguración(?).

Y por el poder que yo misma me concedo, declaro inaugurado este blog, depósito de pensamientos, cosa dónde desaogarme o lo que sea que será, o es.