domingo, 29 de junio de 2008

Gracias cero.

Cansada de escupir una sonrisa al tiempo que nos ahoga en un abrazo; en un beso que no termina, que viola tus sentidos y te agarra tan adentro que no deja llegar aire a tus retinas.
Va bajando entre tus altitudes carnosas y jóvenes, que muchos morirían por probar, haciendo que olvides si estás aquí o allá, o como te llaman cuando despiertas. Susurra un nombre que jamás hayas oído, y que recuerda a un alguien que ya es imposible que te coma; un nombre impronunciable que te tiembla las entrañas y borra cualquier cosa que estuviese tan adentro.
Relame tus pupilas apretando más profundo, hasta que no puedes hacer nada más que dejarte. Dejar que haga lo que quiera. Que te obligue a contar lo impronunciable, a llorarle los silencios escondidos que casi tenías por olvidados, a explicar tantos por qués, que no nos llega el infinito.
Pero no importa cuanto hables, seguirá apretándote más fuerte, hasta que no seas capaz de controlarte, y te vayas tan lejos que nadie ha ido jamás,
y que sea para quedarte.



(Alguien me recordó que un día quise decir todo eso, y que hay cosas que sí que no se olvidan.
Gracias.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy Adri... estoy leyendo esto y la verdad e sque esta muy bien. Bueno que lo diga yo no es para fliparsela verdad, por que yo soy un poco cazurrillo, pero bueno espero que sirva de algo aunque supongo que de poco, que te diga que me parece super valioso tener el valor de contar todo esto en un sitio publico como es internet, aunque no eres la unica, eso dece mucho de ti. Un saludote desde Vigo center a chapela