Hoy no importa lo que él vomite,
no voy a dejar salpicarme;
si escupe regurgitaciones de te quieros,
que se ajan nada más tocarme.
Hoy no importa la zozobra
no podrá acercarse;
porque ayer estuve colorada
y la sangre no quería dejar mis mejillas
hasta que tú no las mordieses.
Colorada acalorada a lametones de conciencia
de que más da si no fue ayer y fue un día antes,
de que hoy parece una eternidad,
de todo es estúpido e irracional,
pero no importa ser así
si lo eres sin sentido
y nos gusta relamernos.
Consintiendo a las palabras que se escapen
verborrea;
consintiendo puntos y comas
que hostigan lo ecuánime
que dan patadas a lo lógico
como tú sonriendo a pesadillas
a lo malo que quiere comérsete.
Hostigas mi razón,
arrancando besos con lengua de tenis encharcados,
de pelo mojado alborotado
de sonrisas inmaduras inocentes
que no saben ser de otra manera;
de ojos cansados de tanta imagen
que a veces miran implorando que los cierres
de labios con sabor a papaya
que se resecan si no los muerdes
y de más cosas,
que se escupen más profundo.
¿Y ahora que haremos para callarme?
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3 comentarios:
Jorl !
Primer comentario :)
Para callarte no haremos nada, lo que tienes que hacer es hablar y decir y contar(!).
Y sonreir.
Sonríe.
:)
Tengo que llamarte.
¡Estoy harto de especular!
Te llamo.
Fin.
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