jueves, 28 de agosto de 2008

In my time of need.

Cinco minutos pueden arruinar un día,
que a su vez, como las piezas de un dominó estratégicamente colocadas, arruinará el siguiente, y el siguiente, y el siguiente; hasta que un buen día se arregle, o hasta que mueras.
En cinco minutos puedes entender todo lo que no has entendido en tres años,
puedes llorar tanto que hasta olvidas respirar, y entonces tus pulmones piden a gritos una bocanada de aire, que te despierta de ese segundo de dolor infinito.
Puedes pensar en todas las cosas que dijiste, y todas esas que callaste por vergüenza, por no causar más dolor, o por la simple estupidez y errática de tu persona,
Y también puedes arrepentirte hasta el punto de odiar al último quark de tu cuerpo, a la última conexión neuronal que hace que pienses de esta forma y querer castigarte por ser tú misma la que te has quitado lo único que te importa de verdad.

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