lunes, 17 de noviembre de 2008

Azul de metileno.

Conformismo.
Despeja mis dudas y te arranca finalmente de mi mente.
Atrapa los restos que quedaban de ti, y los pulveriza en un suspiro.
Aliviándome, por qué no decirlo.
No digo que ya no existas para mí, que hayas desaparecido de mis ojos, o que tal vez no importe lo que sientas.
Digo, ¿que como voy a quererte, si te conformas con un poco menos?

Conformista.
Quizá esa palabra ya me rondaba hace tiempo, susurrándome el augurio de lo que ahora se ha convertido en nuestra realidad: La nada.
Quizá me rodearon infinitas señales luminosas, que vaticinaban exactamente lo mismo; pero yo soy así. Ciega.
Quizá hayan sido tantas cosas, que no podríamos pronunciar ninguna.
O quizá no, y simplemente busque consuelo en esa palabra tan odiosa.
Pero sin abusar ni un ápice de la pedantería, me atrevo a imaginar un NO, así de rotundo.
NO me estoy equivocando, esta vez NO.

Con esto tampoco quiero decir que seas tú el equivocado. Pero sí el conformista.
Y más que odio, lo que me inspiras ahora mismo, es tristeza.

No hay comentarios: